viernes, 19 de abril de 2013

Capítulo 3: Inesperado


Capítulo 3: Inesperado 


GD se había ido sin antes terminar de ver aquella escena que había malinterpretado por completo. En realidad lo que había sucedido había sido esto:

Bom había tenido la idea de salir a algún lugar junto con T.O.P, para que el pelinegro se olvidara de algunas cosas y así, con el aire fresco de invierno su mente pudiera despejarse, así que convenció a su compañero para salir. 

A pesar de no saber exactamente a dónde dirigirse salieron del departamento de la pelirroja, ambos vestidos con las prendas de la noche anterior. Decidieron ir a pie, T.O.P no se encontraba lo suficiente bien para conducir, ya que su cabeza parecía explotarle y Bom lo había descubierto con sólo mirar su rostro que expresaba dolor. Él lo disimulaba muy bien pero la cantante tenía un sentido, algo especial que al estar junto a él se activaba y de inmediato, con sólo mirar sus ojos ella sabía el estado de ánimo del pelinegro.

Pronto después de vagar un rato en la ciudad, dieron con un pequeño parque que parecía esconderse entre una avenida; parecía bastante tranquilo así que no lo pensaron dos veces.


Entraron y de inmediato encontraron un lugar perfecto para descansar, debajo de unos árboles que proporcionaban una agradable sombra y debajo se hallaba un pasto abundante y fresco. Pasaron un buen rato ahí platicando muy amenamente mientras compartían un helado de vainilla, en una de esas, al lamer el dulce helado Bom quedó embarrada. Al parecer ella no se dio cuenta y T.O.P al mirarla sonrió por verla de esa manera. 


-Gracias por la noche anterior…lo disfrute mucho- dijo el rapero refiriéndose al apoyo que la chica le había brindado la noche anterior al proporcionarle su hogar y su atención.

-No fue nada… espero que se vuelva a repetir-contestó con felicidad y cortesía la pelirroja.


Al fijarse que la pelirroja no notaba el líquido embarrado en su mejilla se acercó a ella para tratar de limpiar la imperfección de su rostro y al ser grandes amigos no le importó que la distancia a la que se había acercado fuera tan corta. La miró, y al fijarse en el mismo tono de cabello que poseía era idéntico al de su compañero de grupo inevitablemente lo recordó.


La hermosa chica simplemente se había quedado inmóvil, sorprendida por el acto de su compañero pero gustosa de tenerlo así de cerca. Su corazón se había acelerado.


-Tenías un poco de helado- habló él alejándose de ella.


-O-
GD, se había ido sin ver esa parte y ahora caminaba dolido entre las calles de Seúl. Con la cabeza agachada, querido esconder sus cristalinos ojos. No lo lograba.


La voz se le iba y ni siquiera simples suspiros o gemidos de dolor salían de sus delgados labios. No había nada que decir, un nudo dentro de su garganta reprimía todo. Sentía su respiración baja, y su pecho, al respirar dolía.
-¡Fíjate idiota!- exclamó una persona de entre la multitud al chochar con el pelirrojo.


No le dio importancia, siguió su camino y no quiso mirar atrás.


Simplemente parecía un zombi, no había otra palabra para describirlo.


Pasaba las calles sin cuidado alguno, no se limitaba a mirar si algún automóvil pasaba, no, no lo hacía ahora le daba igual. Chocaba con casi la mayoría de personas que transitaba sobre las calle, y como era de esperarse gran parte le gritaba miles de insultos pero él parecía no oír o simplemente lo ignoraba.


“¿Por qué tenía que enamorarme de alguien como tú?” 


Me preguntaba más de una vez, mientras cruzaba la ciudad. Era de esperase supongo… es tú forma de ser, el instinto de cualquier hombre ¿cierto?¿cierto?


Rogaba que así fuera… que solo fuera tu instinto de sentir a alguien y no de amarla. Porque si así fuera lo entendería, o sería capaz de entenderlo, ya que nunca se le había visto al pelinegro con ninguna chica y, como es de esperarse todos tienen sus necesidades…


Pero, aun así me dolía tanto el a verlo visto con ella. Podría decir que incluso pude oír mi corazón romperse.
-Jiyong!!- oí decir a una voz femenina. Sólo me detuve más no quise voltear. 


Pronto sentí unos brazos delgados y finos posarse sobre mis hombros, y enseguida el peso de una chica sobre mi espalda. De inmediato pensé que se trataba de una fan, pero lo descarte por completo cuando miré uno de los mechones de cabello de aquella mujer: rubio y largo. 


-Mi Dragoncitooo!- volvió a exclamar la rubia. Su voz me lo dijo todo y por supuesto , al mencionar aquel apodo que sólo ella me decía supe de quien se trataba.


-Cl- pronuncié con el tono de voz más bajo que pude al tiempo que trataba de parar las lágrimas que aun brotaba de mis ojos.


Ella siguió abrazándome y yo no hice nada, simplemente la dejé, hasta después de casi unos minutos más tarde fue cuando me soltó y sin pensarlo me tomó de la mano y comenzamos a caminar. En ese instante no estaba de humor para discutir con ella y mucho menos para que la rapera me hiciera un berrinche como solía hacerlo cada vez que me la encontraba, ya que a pesar de que lo nuestro había terminado hace ya más de 2 meses, ella seguía prendada a mí.


Ella al parecer no había notado que lloraba, y en este caso agradecí que no lo hubiera hecho, ya que si lo hiciera comenzaría a arrojarme miles de preguntas y no quería decir nada.
El silencio abundaba entre la atmosfera, pero en una de esas percibí el sonido de un motor, un pequeño rugido, que me pareció familiar.


Miré a mi lado izquierdo, y ahí, aun lado de la banqueta del lado contrario donde caminábamos un auto parecía estacionarse. Lo conocí al instante, era de él.


Mi corazón se aceleró al ver como la ventanilla polarizada comenzaba a bajar lentamente. Una idea vino a mi mente, enseguida de un pensamiento de desagrado y dolor. Quería olvidarlo… y hacerle sentir lo mismo que él y la pelirroja habían causado en mi, ese era mi plan… y esta era mi oportunidad.


- ¿GD?...-

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